Estoy en Valilima, Azul Atolón, Somoa. Llegue dos días antes de lo que esperaba y aún así se hizo tarde.
“Sabes que de vez en cuando te ocurre. Cuando te vas a ir o vas a llegar te aferras a los lugares y a las personas y este apego te impide salir a la hora conveniente y regresar durante el mes idóneo. Recuerda que cuando saltas al vacío acabas con la piel estropeada y transparente, y al final, gastas mucho dinero en cremas exfoliantes y en lavados de piel. El año pasado, si la memoria no me falla, te has lanzado al vacío despeinada, con medias de colores y con el sentido común desabrochado convenientemente, al menos tres veces por segundo. Deberías haber aprendido algo como, por ejemplo, que la continua exposición a las miradas y a las palabras nublan la visión que tienes de ti misma, y por ende, de mí mismo. Te pediré cita con tu doctor para que sopese la gravedad y la contención de tus sonrisas. Sabes que ahora están devaluadas con la crisis. Tendré que enseñarte algún truco para almacenarlas y poder venderlas cuando la situación mejore y, así, el día de mañana, tendremos un ramillete de intenciones para acompañar los minutos que pasas en el vestidor eligiendo la personalidad que te pondrás para todo el día.
Tres suspiros profundos y un pensamientos ligero del Alter Ego:
A menudo me pregunto por qué, un Alter Ego como yo, todo Gentleman que le gusta el lino y el blanco, así me dicen mis admiradoras, me he enredado con tus mundos lunáticos y sin estilo estético. ”
Alter Ego, apuntando en la agenda: pedir cita médico para Zuri y cita psiquiatra para mí.
Mi Alter ego siempre utiliza palabras románticas como éstas. También me dice que durante unos días ha cerrado la taquilla de venta de entradas a mi vida porque con el anuncio del viaje a Vailima parezco un restaurante con estrellas Michelin: tengo reservas hasta el verano de 2020.
Lo primero que he sacado de mi maleta ha sido un silencio valorativo. Sí, seguro que mi Alter Ego se ríe, pero es que yo soy muy de “NO SIN MIS SILENCIOS VALORATIVOS”: son los únicos con los que puedo combinar las rayas y nunca salgo de casa sin ellos y sin el pintalabios rojo,” of course”, que nunca se sabe lo que el rojo puede deparar a una chica de pueblo como yo.
“Entusiasmada”
Zuri: – Hola Alter Ego- dije con mi voz de locutora de poesía amateur.- Estoy frente al azul, es bonito, es grande, es singular como mi sopa de letras.
“Aburrido y displicente (como todos los alter ego que conozco, pero el mío más)”
Alter Ego: Hola Zuriazul, siempre te gustó el Singular porque encierra la esencia de las palabras, el concepto, el símbolo, el significado, lo interior, la vibración, la libertad…
“Entusiasmada dos veces”
Zuriazul: ¡Guauuuu!, desde que nos hemos separado de nosotros mismos, parece que fluyes más ligero. ¿Te está haciendo efecto la paroxetina, esas pastillitas que tomábamos en un día como hoy para soportar las Navidades o me has cambiado por otra para ir al cine el día 24 de diciembre, fun, fun, fun?
“Enfadada porque ha descubierto que puede ser sustituida como acompañante”
Pues te diré que en un tramo del trayecto he cruzado varias miradas y media con uno, un Singular, justo en el momento en que la noche me estiraba las ojeras. El Singular que he conocido me ofrece demasiados planes para contener las risas y le he dado permiso para anular la cita con mi médico ya que ayer pude aislar mi respiración y conseguí caer hacia dentro como lo hacíamos tú y yo antes de la despedida y sin hoja de ruta.
Alter Ego y Zuriazul:– Ah!! Odiamos la expresión hoja de ruta, tanto como las uñas de porcelana, se te/me ha escapado de la boca.
Rápidamente me puse a buscar en el monedero alguna palabra heteronormativa para compensar el error anterior, pero no tenía suelto. ¡Mierda!. Siempre me pillan las ganas con el paso cambiado, sin ningún complemento de temporada.
Para finalizar, querido Alter Ego, te he decir que como un personaje de el Principito cuento las estrellas: cincuenta, cincuenta una…Ya sabes que necesito contar antes de leerme entre líneas y borrar de mi memoria los días pasados en sofás pequeños, ajenos y que incrementan las posibilidades de una colisión frontal.
Mientras cuento las estrellas buscando otras bocas a las que seducir, la música recorre toda Vailima, Azul, Atolón y distingo una luz en el horizonte que no aparece en el plano que me han dado en la oficina de afectos perdidos de la isla. Para conocer todos los detalles reflejados en el mapa y perderme fácilmente, he alquilado una barca de goma a buen precio durante el “Black Friday”. Sí, la globalización es imparable, tanto como la falda hawaiana que llevo puesta y las hormonas que me acompañan.
Mañana saldré a navegar. Pasado mañana conoceré el rumbo. Hoy se ha levantado el día con nubes.