Cuando Sí Se Puede Torrejón se convirtió en un partido viejo
Ruth Grass explica fuera del Pleno, con cierta nostalgia, que desde el 15M, la idea de generar candidaturas de unidad popular cobró importancia. Nos presentamos en una candidatura que llevaba como lema la participación ciudadana, que decía que mandaríamos obedeciendo. «Y nos lo creímos». Mucha gente les acompañó en aquella aventura política y de participación ciudadana con la ilusión de poder participar activamente en la política de su municipio. Dos años después no hay otra cosa que un control absoluto de los órganos de Podemos en Torrejón sobre el grupo municipal, que no tiene otro interés que liquidar la propia idea de una candidatura de unidad popular en nuestro municipio. Podemos en Torrejón es, hoy por hoy, un lugar donde el hostigamiento a los que piensan distinto es brutal, y a los que persisten en una linea crítica, se les amenaza con expulsiones cautelares, sin el más mínimo respeto a la pluralidad y la democracia.
«Cómo íbamos a imaginar que cuando nos sentáramos en estos sillones Sí Se Puede no cumpliría con mucho de lo que habíamos dicho en campaña. Cómo íbamos a imaginar que meses después de tomar cargo imperaría una política de purgas al más puro estilo estalinista, y que mucha gente dejara de poder hablar en cualquier foro de participación, tanto en los espacios de Si Se Puede como de Podemos en Torrejón … Aquellos que no habían sido expulsados, o apartados, decidían irse voluntariamente. Se incumplían los estatutos una y otra vez. La convivencia en los círculos se ha ido haciendo irrespirable. Gente que iba en nuestra lista llegaba a las asambleas (cuando las había) y decía que la borráramos, que no quería saber nada del partido.»