A mi amiga y socia de la vida Paz Martín-Pozuelo
Frases hechas que saltan como un resorte para no pensar, para esquivar la cuestión cual proyectil de paintballs que podría mancharles. Sin darse unos minutos para valorar significados algo más complejos, pues eso conectaría con la culpa, el malestar sentido cuando las ideas de nuestro código ético se estampan contra nuestra conducta.
Progres y alternativ@s, revolucionari@s y anti-sistema asumiendo sin rubor y con todo tipo de justificaciones de bolsillo, los más duros postulados del neoliberalismo con aire inocente: si lo quiero, lo tengo; y robo porque puedo (a esto a veces se le llama la mano invisible del mercado)… el yo por delante y la mayor falacia: que la cultura tiene que ser gratis. Que debe significar algo así como, que quienes se dedica a ella vivan del aire mientras pagamos por otros bienes y servicios al parecer más valiosos (coches, gin-tonics, vinos, viajes, restaurantes, moda…).
Si, biba la libertaz, ya que el neoliberalismo nunca podría haber encontrado mejores aliados para destruir la cultura y el pensamiento, las únicas herramientas de transformación de esta sociedad injusta y patriarcal, en otra feminista y justa que ponga la vida y los cuidados en el centro de la acción social y política.
Ya se encargarán otros de darme las claves para ocultar que detrás de todo eso hay mujeres y hombres sobreviviendo, para crear vida, nutrir nuestro espíritu, emocionarnos por la belleza… gentes del arte, de la música, de la literatura, del pensamiento, la poesía, artistas, editor@s, librer@s … los ejes de la libertad en vías de extinción e invisibles tras el ejercicio irresponsable de nuestra supuesta libertad.
Será casualidad que nadie se dedique a robar coches, viviendas, comida o ropa porque son muy caras, porque las grandes multinacionales se forran o porque es mi derecho… o será que no se roban porque no se puede y porque al sistema solo le interesa que se arruine la cultura.
¿Qué hacemos para crear la vida que queremos?.©