Más información del espectáculo en www.dejadmelasalas.com
Federico García Lorca voló en el Mes de las Letras de Torrejón de Ardoz
Federico García Lorca voló en el Mes de las Letras de Torrejón de Ardoz. Myriam Ratés y Diego Harris nos trajeron un relato escénico-musical que transita por la vida del poeta, su mundo literario, su ternura, la musicalidad de sus textos, por sus sueños y un profundo vínculo con sus raíces: «Dejadme las alas». Sergio Pardo nos habla en su crónica de como Diego da luz a los versos de Lorca, a las canciones populares que recopiló y a sus propias rimas y de como Myriam interpreta genialmente, a través de los títeres y de ella misma, a los diversos personajes que van pasando por el escenario… y mucho más©
El pasado jueves 12 de abril de 2018, a las 19 horas, continuando con el Mes de las Letras, tuvo lugar en el Centro Cultural El Parque de Torrejón de Ardoz la representación músico-teatral de títeres para adultos sobre textos de Federico García Lorca «Dejadme las alas», puesto en escena magistralmente por Myriam Ratés, creadora de los títeres y actriz en la obra, y por Diego Harris, que pone la música a los textos del poeta, prosista y dramaturgo de la Generación del 27, y también participa en la misma dotándola de esa música necesaria, y recitando versos en la misma.
El sonido melancólico de un acordeón nos transporta a los años 20 y 30, a la Residencia de Estudiantes, a cariñosas epístolas entre una madre y su hijo, a viajes hacia tierras lejanas en mar, a sueños de poeta hechos canción, a un triste final inesperado. Diego y Myriam, con «Dejadme las alas», nos transportan al lado más íntimo de Lorca, al más público, al más humano, a sus oníricos pensamientos. La magia de la obra inunda de magia la vida del genio literario.
Y La Tarara baila al son de su canción, mientras es jaleada por quien la interpreta, y Mariana Pineda se enfrenta a Pedrosa, y María Josefa con la ovejita en brazos insulta a Magdalena y a Bernarda Alba mientras conversa con Martirio, y las lavanderas de Yerma critican y critican, y la novia de Bodas de Sangre es peinada por la criada mientras arroja la corona de azahar, y Doña Rosita la soltera se despide de su primo; y, en el transitar entre uno y otro personaje, suenan los ecos musicales de «Agua, ¿dónde vas?» o «Anda jaleo». Entre otras.
Las cartas enviadas entre Federico y su madre Vicenta son el eje principal de esta historia, mostradas a modo de diálogo por ambos protagonistas, que van intercambiando impresiones según van redactándolas, asomados cada uno a una pequeña ventana. Se narran epistolarmente sus años en la Residencia de Estudiantes, su travesía hasta Nueva York, sus impresiones a la llegada a esa gran ciudad o la complicada situación política, con armas de por medio, que estaba aconteciendo en la España de los años 30.
Diego da luz a los versos de Lorca, a las canciones populares que recopiló y a sus propias rimas, avivando la llama del espíritu de sus obras, avivando la obra que ofrecen al público; Myriam interpreta genialmente, a través de los títeres y de ella misma, a los diversos personajes que van pasando por el escenario, creando mil voces tras las máscaras, y la suya propia sin ellas, y dándoles mil vidas cuando transitan en él, dejándose la piel al interpretarlas exitosamente.
Además, Diego se ha encargado de poner melodías propias a ciertas obras del ilustre escritor, que no es poco, y Myriam es quien ha creado con sus propias manos a los protagonistas. El busto del títere de Federico es sorprendentemente Lorca, no una caricatura; es un fiel retrato del autor. El resto de creaciones es reflejo de los actos de a quienes representan cuando están en las tablas. Y mientras, la potente voz de Diego viene y va, junto a la pandereta, o la guitarra, o dando palmas. No se puede pedir más.
Y el final… Dice todo en sí mismo. Y no desvelaré más, para no romper la ilusión de aquellos que verán en un futuro esta magnífica puesta en escena.©
Estuvimos viendo el espectáculo y nos pareció fantástico, incluso en un lugar algo más grande hubiese lucido igual de bien. Diego tiene una voz impresionante, y sabe dónde poner la delicadeza y dónde la fuerza. Y Myriam sin palabras, desde la construcción de los títeres hasta su manipulación, una delicia. Si se saben de más fechas nos encantaría saberlo para poder ir a verles otra vez. En resumen: FANTÁSTICO